
Pues eso, lo que dice el refrán; para ser ceramista y con lo adicta que soy -también- a las infusiones, no estaba yo muy bien provista de tazas en el hogar. Así que me he agenciado alguna de las que cocí en el horno de Katsue para usarlas en casa y bebiendo de una de ellas recibí los primeros aires frescos preotoñales.
Está hecha de gres torneado, recubierta de un esmalte a base de barro blanco de baja temperatura y decorada con otro esmalte que lleva óxido de cobalto. Tiene una textura satinada muy agradable al tacto, ideal para estar entre manos!
2 comentaris:
¡¡¡Bufona!!!
¡Que tassa tan bonitaaaaaaa! (¿No tomé yo un té en ella misma? Es ideal para mí, porque me cabe la trompa estupendamente...)
Un beso gigante.
(Avísame cuando estés en condicones de llevar a cabo mi "proyecto-vajilla", al que tendremos que añadir tazas, obvio...)
Otro beso más.
Bueno,tomaste el te en una parecida... la única que tenia en casa en ese momento que había hecho yo. Ahí cabía, como pudiste ver, no solo la trompa sino un elefante entero. Esta es un poco más moderada de tamaño... pensada para escala humana, vaya... A la vajilla le falta poco, ya te aviso!
Petonet
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